Una vez conocí a una familia que parecía salida de un cuento. Era una familia de magos.
El padre era especialista en juegos de cartas y chisteras, la madre en desapariciones y en levantar cosas con la mente y el hijo todavía no se sabía qué era lo que mejor se le daba. Era curioso comer en aquella casa, porque en vez de pasarse el pan con la mano, el padre y la madre se quedaban mirando la panera y la panera salía volando hasta quien la pidiera.
Extraído de Cuentos para contar en 1 minuto.
Continuamos la historia.
Luego, cuando terminamos de comer hablaron de ir a dar un paseo. Yo creía que iba a ser andando pero sacaron una escoba de un metro cincuenta.
Salimos afuera y el padre dijo:
_ Escoba, escobita vuela porque eres la más bonita.
Entonces la escoba salió volando por el cielo azul y por las bellas nubes blancas.
Aterrizamos en un bello pueblo con muchas tiendas y allí había un montón de magos haciendo trucos.
Uno hacía aparecer, en vez de un conejo, un atún. Otro, en cambio, lo que hizo fue transformarse en perro.
Alex 5º E.P.
Para el pollo, daban dos palmadas y se cortaba solo. LLamaban a las patatas y venían, lo mismo ocurría con el postre. Mientras veían una peli, los platos se fregaban solos...
Me invitaron a dormir y las camas se abrían solas y por la mañana solas se hicieron.
¡Qué familia más rara! ¡Yo estaba asombrada!
Lucía Gutiérrez 5º E.P.
El hijo al ver que sus padres levantaban la panera solo con mirarla, lo intentó también, pero a él no le salía. Entonces se fue corriendo a su habitación intentando una y otra vez trucos mágicos. De repente se dio cuenta que el truco de magia de cortar a la chica por la mitad, no lo había probado.
Marina 5º E.P.
... y salía volando hasta quien la pidiera. Y lo mismo con la sal.
El hijo va a una escuela de magos mientras los padres trabajan. Se acuestan a las nueve y se levantan a las tres de la mañana. Su casa está repleta de cosas mágicas: mesas voladoras, sofás parlantes, jarrones con patas... Por lo demás es una familia normal.
De repente salieron volando los tenedores del hijo y se clavaron en la pared. La madre y el padre se asombraron y chillaron: "¡viva, viva! ¡Mi hijo sabe hacer magia!"
Un día al final de un espectáculo, el hijo llevaba una bolsa de caramelos. Los tiró al aire y con su mente los lanzó a los espectadores. Los espectadores gritaban: ¡Sí, sí, viva esta familia de magos!
Pablo G. 5º E.P.
Covi no los habia leido pero son muy originales Lucia G.A.
ResponderEliminar